jueves, 19 de junio de 2008

El SEAT 600

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Parte de los Seat 600 primorosamente restaurados que acudieron a una concentración recientemente celebrada en Estella.

fUE el 27 de junio de 1957 cuando la empresa automovilística española inició la venta del que sería popular seiscientos a un precio de 73.500 pesetas (unos 442 euros actuales), una pequeña fortuna para las familias de entonces, aunque suponía casi la mitad de lo que costaba el 1400, un turismo de tipo medio-alto de la propia Seat. El primer coche fue entregado a un hijo del general Muñoz Grandes, y a él seguirían en ese primer año de producción del modelo otros 2.585 vehículos.

Hoy parece imposible, pero en aquél pequeño coche, con un diminuto maletero en el que se alojaba la rueda de repuesto, hacían largos viajes por carreteras infames familias numerosas con voluminosos equipajes. Su elemental mecánica permitía todo tipo de chapuzas para solucionar sus frecuentes averías, y se decía que podía circular con cualquier cosa parecida a la gasolina sin que necesariamente tuviera que ser un combustible. Y si la sobrecarga hacía que se recalentara subiendo una cuesta, bastaba con mantener levantado el capó trasero, donde se encontraba el motor, con un palo recogido de la cuneta.

un año en lista de espera El modelo 600 tuvo un impacto trascendental para la marca y de sus distintas versiones se fabricaron, durante dieciséis años, 783.745 unidades en las líneas de montaje de las instalaciones de la Zona Franca de Barcelona. El último de ellos se produjo el 3 de agosto de 1973, cuando el 600 ya formaba parte de la historia de España, a cuyo cambio social y de hábitos contribuyó de forma decisiva.

El lanzamiento del 600 creó gran expectación en su época, y la demanda era tal que los particulares debían apuntarse en listas de espera de más de un año -si no tenían contactos entre los cargos del Régimen o de la fábrica que les presentasen como recomendados - para acceder a un vehículo que se convirtió en símbolo de estatus y que representó la imagen del milagro económico del desarrollismo español.

Así, en marzo de 1957, tres meses antes de ponerse a la venta, la cartera de pedidos superó las 100.000 unidades y hubo que cerrar las admisiones, un éxito difícil de imaginar en la actualidad.

El Seat 600 se convirtió en todo un mito en su época, ya que las familias empezaban a querer salir en coche el fin de semana y todas deseaban acceder a un utilitario, por modesto que fuera, por lo que Seat tuvo que ampliar su fábrica de Barcelona para poder abarcar la demanda.

Durante los 16 años en que se produjo, los usuarios lo pusieron a prueba en todo tipos de trayectos, urbanos y de largo recorrido, nacionales e internacionales, incluso corriendo en rallys, con su variante 600 D, modelo aparecido en 1963 y con el que el seiscientos alcanzó su máximo esplendor.

clientes ilustres Fue un coche eminentemente popular, pero también famosos e ilustres -claro que algunos de ellos entonces no lo eran tanto- disfrutaron al volante de un 600, como el campeón de motociclismo Ángel Nieto, el torero Manuel Benítez El Cordobés , los escritores Álvaro Pombo y José Agustín Goytisolo, el arquitecto Oriol Bohigas, el futbolista del Real Madrid José María Martínez Pirri , la actriz Lina Morgan o el ex presidente de la Generalitat Pasqual Maragall, entre otros muchos.

La llegada de nuevos tiempos y modelos hizo que, poco a poco, el 600 dejara de ser el coche familiar y pasara a un segundo plano, como vehículo de ciudad, que normalmente conducía la esposa, con lo que también su aportación a la motorización de las españolas fue fundamental.

Actualmente, los 600 son objeto de deseo de muchos coleccionistas y clubes de propietarios, que se esfuerzan en mantener como el primer día estos vehículos históricos, que exhiben con orgullo. Aún hoy, sus seguidores se cuentan a miles y organizan eventos, reuniones e incluso una vuelta a España, que concluyó el pasado domingo en Leganés que sirvió para conmemorar el 50 aniversario del seiscientos .

El Seat 600, diseñado por el italiano Dante Giacosa, estaba inspirado en el conocido como Topolino 500 de Fiat, que había nacido en 1936, y del que ahora el grupo italiano prepara una versión moderna, siguiendo operaciones de mercadotecnia nostálgico como la de los relanzamientos de los míticos Mini o Escarabajo.

Seat, sin embargo, no podrá beneficiarse de este tipo de operaciones, ya que su pertenencia actual a la casa Volkswagen impide que se pueda aprovechar la patente italiana.

En todo caso, el Seat 600, el de las fotos en blanco y negro de nuestros padres y que ha vuelto a los hogares con la serie de televisión Cuéntame como pasó , se ha ganado ya un lugar de privilegio en la memoria de los españoles.

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